EL COMPLEJO DE DINERO

Las cartas que la protagonista envía a su familia muestran que vive despreocupadamente, como una mujer de la alta sociedad del siglo XX que espera, en este caso, una herencia.
Con una gran ironía se cuenta cómo la protagonista se aloja en una clínica psiquiátrica, donde simplifica los métodos freudianos del doctor que la trata para curarle su complejo de dinero; con sutil inteligencia muestra lo recargado de esa psiquiatría y cómo se curaría si tuviera dinero, con el que se arregla todo. En la clínica viven otros personajes curiosos que hacen negocios que se van a la ruina, un ruso bebedor y otros hombres algo estrafalarios con los que conversar y pasar el tiempo. La novela es una pieza divertida, un juego inteligente sobre una mujer despreocupada que sabe cómo dilapidar fortunas y reírse de la situaciones adversas. Sencillo en su factura, incluye historias menores, como la novia del ruso que se escapa con otro, o las cartas que un tenor envía a la mujer. El sentido común impregna esta novela discreta, sin complejidades, pero divertida, que sabe decir grandes verdades con un fino sentido del humor. La ligera extravagancia de cada enfermo de la clínica, la forma de llamar coheredero al hombre con el que la protagonista se ha casado por conveniencia y del que no sabe nada, son toques del humor de esta novela.

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