EL COMPLOT MONGOL

Relato de intriga protagonizado por un veterano agente de la policía de la ciudad de México, Filiberto García, apegado a los antiguos métodos de perseguir y, en su caso, eliminar a los delincuentes señalados por sus jefes. La novela, situada a finales de la década de 1960, muestra un aparente mayor respeto de las autoridades hacia las leyes, circunstancia que relega a García a labores auxiliares. Pese a todo, en esta ocasión recibe el encargo de evitar el atentado que se sospecha tendrá lugar durante la inminente visita del presidente de los Estados Unidos a México. El plan terrorista parece dirigirse, según todos los indicios, al asesinato de ambos dirigentes. Los rumores apuntan a que el complot ha sido organizado por los servicios de espionaje de la China Comunista con el fin de crear un grave conflicto internacional en plena Guerra Fría. Filiberto, que no renuncia a sus métodos tradicionales de acción directa, descubre la verdad del caso: el supuesto atentado de los chinos es una cortina de humo. Todo apunta a un grupo de políticos mexicanos implicados en la trama de eliminar a su presidente. Para evitar males mayores, el policía dispara su arma y se toma sobre los conjurados la justicia por su mano. Queda al descubierto la corrupción de los políticos que se mueven en las altas esferas y utilizan a los subordinados como piezas del juego sucio del que se benefician. Filiberto García, pese a su falta de escrúpulos y facilidad de gatillo, aparece como un personaje más noble y humano que sus dirigentes, que encubren los crímenes bajo apariencia de honestidad y servicio a la patria. La obra, gracias al dominio del lenguaje popular mexicano y al acertado perfil psicológico de los personajes, ofrece una interesante y notable versión del género de novela negra de acuerdo con los peculiares rasgos de la mentalidad de los bajos fondos del hampa en la capital de México. El escritor y diplomático mexicano Rafael Bernal (1915-1972) publicó la primera edición de esta obra en 1969.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa