EL DETECTIVE DEL FERROCARRIL

El protagonista de estos relatos es Thorpe Hazell, un sagaz detective que investiga por su cuenta y con certera intuición delitos cometidos en ferrocarriles: contrabando, asesinatos, robos… En unas ocasiones lo hace a título personal y en otras porque las mismas Compañías ferroviarias le piden ayuda para sucesos enigmáticos. Y es que su pasión por los trenes le ha llevado a conocer todo sobre ellos, de modo que en la pequeña ciudad británica en que vive, Netherton, llegan a llamarle con el nombre de la guía de ferrocarriles. Hazell no es un hombre común; además de esta desmedida afición, es un extremado naturalista que suele ejecutar sus ejercicios gimnásticos en cualquier lugar, en un restaurante, en una tienda o donde se encuentre y que se limita a comer lo que piensa que es sano; no solo es vegetariano, sino que sus comidas son frugales y curiosas. Estos rasgos de su carácter excéntrico amenizan la novela con golpes simpáticos que hacen sonreír.
Con el estilo propio de la ficción policiaca, Whitechurch escribe con prosa correcta y de grata lectura. Dosifica la información que consigue el detective Hazell de modo que capta la atención del lector. Los datos que obtiene en sus pesquisas le sirven de pistas que aumentan la tensión del relato hasta llegar a la resolución del caso.
Victor L. Whitechurch (Chichester, 1868-1933), es un autor típicamente británico. Fue clérigo de la Iglesia Anglicana y además de escribir sobre temas religiosos fue autor de novelas de misterio muy famosas. En este volumen se recogen los casos resueltos por el detective Hazell, que se publicaron en revistas de su época y se reunieron el 1912 en un libro titulado “Thrilling Stories of the Railway” que ahora ha vuelto a traducir al castellano y publicar la editorial Ardicia con el título “El detective del ferrocarril”.

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