EL EMPERADOR DESTRONADO

Con el título El Emperador Destronado, David Barbaree, abogado y escritor residente en Toronto (Canadá) presenta un relato de fondo histórico adaptado a la hipótesis, no fundada en datos fiables, que niega el suicidio de Nerón(año 68 d.C.) tal como aparece descrito en las crónicas de la época.
Según la versión del autor, el controvertido personaje, traicionado por sus más directos colaboradores, habría sido recluido en una lóbrega prisión en las afueras de Roma donde fue objeto de humillaciones, malos tratos y torturas, vigilado por un centurión y varios miembros de la guardia pretoriana. Reducido a la ceguera, hambriento y débil, logra sin embargo convencer al esclavo que le atiende en la celda, para que solicite a sus captores la presencia de un antiguo amigo de los años felices con el que aliviar sus largas horas de soledad. Mientras, Roma se debate en guerras civiles de cuyos ecos se informa Nerón a través de sus confidentes. Aparecen nuevos personajes, como Galba, Vespasiano y Tito, que a lo largo de los años siguientes dirigen los destinos del Imperio sin reparar en que Nerón trama venganza desde la cárcel contra los responsables de su desgracia. Con los últimos recursos disponibles escapa de la prisión y se dirige a la costa africana de Cartago donde espera recuperar el fabuloso tesoro oculto cuyo emplazamiento solo él conoce. Una vez en su poder, dispondría de medios para contratar un grupo de mercenarios dispuestos a cumplir sus propósitos vengativos y, llegado el caso devolverle el trono. Mientras Nerón conspira, Vespasiano gracias a amigos, confidentes y leales pretorianos logra desactivar conjuras cortesanas y superar atentados de enemigos y rivales que aspiran sucederle en el trono. Tampoco cesan las guerras fronterizas del Imperio, con la rebelión armada del pueblo de Israel que obliga a dirigir contra ellos una dura campaña al mando de su hijo, el brillante general Tito, conquistador de Jerusalén. El panorama se completa a través de los testimonios de familiares de Vespasiano así como de algunos oficiales del ejército y miembros de servicio en el palacio, que sirven de pretexto para dar a conocer las costumbres y mentalidad de los romanos de las distintas clases sociales, desde esclavos y libertos a nobles, patricios y senadores de Provincias. Entre ellos destaca una familia de acaudalados hispanos que, años más tarde, situaron a su descendiente Lucio Ulpio Trajano al frente del Imperio. La novela, articulada en torno a las tristes reflexiones del oculto y macabro Nerón reconstruye con acertada prosa los avatares de la política romana desde el año 68 en el que desaparece la figura del llamado “emperador maldito” hasta el 79 con la muerte de Vespasiano y la llegada de su heredero, el victorioso general Tito. Las escenas de extrema violencia y las dedicadas a describir las relajadas costumbres morales del mundo pagano, pueden afectar la sensibilidad del lector.

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