EL ESCLAVO DE ATILA

Un joven esclavo, al servicio de un alto funcionario de la corte de Bizancio, aprende junto a él las ciencias del mundo antiguo. Cuando el amo es enviado como embajador a Atila, se hace acompañar por su fiel esclavo, quien se enamora de una joven del pueblo huno, que no le corresponde porque sólo tiene ojos para su rey.
Géza Gárdonyi (Hungría, 1863-1922), en esta novela realiza una recreación vívida y limpia del mundo de los hunos en los años inmediatamente anteriores al 450, época de sus grandes invasiones. Con el fondo verídico de diversos episodios históricos y de costumbres de la época, logra un fresco atractivo. La ficción del esclavo que narra en primera persona cómo, por su amor ardoroso y juvenil, deja perder su estable vida en Bizancio y su recién adquirida libertad, para servir como esclavo en la familia huna de la adolescente, propicia una perspectiva de cierta interpretación histórica favorecedora. Episodios domésticos, bélicos, viajes, creencias... se describen con rigor y mesura, lo mismo que los personajes, siempre tratados con respeto. Atila queda rodeado de una estela de nobleza e inteligencia, y los hunos como un pueblo listo y entregado a la causa, sin eludir la reseña de sus duros métodos y castigos. En conjunto, la obra adquiere un cierto tono de epopeya, que no entorpece el ritmo narrativo, logrado desde las primeras páginas.

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