EL HOMBRE DEL TOQUE MÁGICO

Cuando está a punto de suicidarse, desesperado porque le han despedido del trabajo, un hombre se encuentra inopinadamente con un extraterreste que no sólo le hace recuperar su juventud, sino que le da poder para rejuvenecer y sanar a otras personas.
Con un extraordinario sentido del humor, Vizinczey (Hungría, 1933) hace una sátira lúcida y descarnada de la crueldad del capitalismo competitivo en los altos cargos empresariales y da una visión desencantada, a pesar de su ironía, del problema psicológico del envejecimiento. Además, el libro encierra una sátira de toda la sociedad, ya que el "toque mágico" convierte a su poseedor en un fenómeno publicitario que se ve perseguido y acosado por todas partes, lo que le produce un gran desencanto respecto a nuestro planeta y le impulsa a huir con toda su familia al planeta del extraterreste. Se hace una pintoresca interpretación de la figura de Jesucristo, que se pasea por todas las galaxias, y se entrecomillan, como si fueran literales, unas palabras que no aparecen en el Evangelio.

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