EL HOMBRE QUE CALCULABA

La obra narra la historia de un sencillo pastor persa que por su gran capacidad para hacer cálculos matemáticos llega a alcanzar el favor del Sultán de Bagdad. La acción, ambientada en la Edad Media según el calendario cristiano, se desarrolla siguiendo el hilo de los problemas aritméticos y geométricos que el protagonista resuelve con tanta rapidez como exactitud. Malba Tahan, un musulmán de Bagdad, se supone que redacta este libro en el año 1321 del calendario mahometano, como un homenaje a los grandes matemáticos de todas las épocas, griegos, hindúes, árabes y europeos. Sin embargo, se advierte que se trata de un pseudónimo y que la fecha es ficticia, lo que deja la incógnita sobre la identidad de quien escribe. Independientemente de esto, el texto está redactado al modo de la narrativa árabe tradicional, con estilo poético y modos de expresión cortesanos, refinados y con una adjetivación muy matizada. Su lectura resulta grata e incluso el planteamiento de los problemas que "el hombre que calculaba" debe resolver se hace de la manera más amena posible. En todo caso, hay que señalar también que el nivel de los cálculos no es muy elevado, y que los problemas combinan la ciencia con el ingenio y la sutileza psicológica.

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