EL INVIERNO DE DON JENARO

Desde que falleció su mujer, Teresa, Jenaro vive solo con un robot de nombre Vladimir, que controla su salud. También le visita de vez en cuando su sobrino Max. Un día ve a Violeta, la vecina de enfrente, en la calle con su perro bajo la lluvia y su nieta va a pedirle ayuda. Violeta se ha caído en el jardín y ha perdido el conocimiento, así que Jenaro tendrá que llamar a una ambulancia y además buscar al perro. La vida de Jenaro cambiará bastante desde este acontecimiento.
Novela que pretende ser para preadolescentes, sin serlo, ya que el tema no se corresponde con los temas característicos de la literatura infantil y juvenil. Tanto el protagonista como la historia es de un anciano que se inventa conversaciones con su mujer muerta y que ayuda a otra anciana. Quizá los niños podrían empatizar con la figura del abuelo y de Max, que va a verle, pero todo el entorno es geriátrico.
La historia está contada, por un lado, en pasado y tercera persona para el abuelo y, por otro, por Max, el nieto, en presente. Esta combinación resulta bastante forzada.
Es un libro bien editado e ilustrado, pero prescindible en el panorama infantil.

Silvia Martínez