EL LAGO

La joven Chihiro, licenciada en Bellas Artes y dedicada profesionalmente a la pintura de murales, es hija ilegítima de un importante empresario y de una bella mujer dueña de un club de alterne en una pequeña ciudad cerca de Tokio. Pese al amor que sus padres siempre se profesaron nunca llegaron a casarse temiendo las represalias de la familia paterna. Aunque rodeada siempre de la atención de sus padres el hecho de saberse hija de una amante le generará un carácter introvertido y despegado hacia los demás, carácter que se agrava tras la muerte de su madre dejando en ella un vacío que su padre no podrá llenar. Desaparecida la persona que la unía a su lugar de origen decide desplazarse definitivamente a Tokio. Allí comenzará una extraña amistad con su vecino Nakajima, un muchacho extraordinariamente inteligente, pero con un pasado que le atormenta y que teme desvelar. La carga del carácter y deficiencias de los padres pesa sobre la actitud posterior en los hijos. Esta idea de fondo será una constante a lo largo de la novela tanto para los personajes principales como para los secundarios. El miedo a ser diferentes al resto de la gente les atormenta y les pone en disposición de fuga frente al mundo. Con todo, la ayuda mutua les lleva hacia el bien, aunque éste a veces se presente efímero. El deseo de permanencia de quien se ama tenderá a hacer ver la necesidad de su existencia para el amigo.
La autora ha creado unos personajes con una marcada individualidad que van evolucionando correctamente hacia un punto común buscando un camino hacia lo bueno donde el otro ya será imprescindible. Propio de la novela oriental, también aquí aparecen imágenes oníricas, etéreas, que tienen su influencia en el propio devenir de los acontecimientos aunque de una manera simbólica, nunca definitiva, sin una predestinación irremediable.

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