EL LEÓN DE ORO

El novelista Wilbur Smith, nacido en Rodesia del Norte en 1933, bajo dominio de Gran Bretaña, inició su carrera literaria en 1964, se trasladó al Reino Unido tras la independencia de la colonia, hoy llamada República de Zambia. El León de Oro forma parte de la serie dedicada a las aventuras de la familia Courtney, cuyo último heredero, el joven y valeroso capitán Henry, al mando de la fragata La Rama Dorada, se propone reivindicar el buen nombre de su padre acusado de piratería y ajusticiado por sus captores al servicio de la corona de Holanda.
El relato, cuya acción transcurre en aguas de la costa Este de África durante la segunda mitad del s. XVII, se centra en la figura del capitán de fragata Henry Courtney, defensor de los cristianos de Etiopía en sus guerras contra los invasores de la península de Arabia. El noble escocés Angus Cochran, apodado “El Buitre” por su rapacidad, contratado bajo bandera islámica, sufrió una humillante derrota en el combate naval contra Courtney que le ocasionó graves heridas de las que no llegó a recuperarse plenamente. Refugiado en la corte del Maharajá Sadik Kan Jahan, el llamado Buitre juró odio eterno a su enemigo al que se propuso asesinar con sus propias manos. Mientras Henry Courtney, ya felizmente casado con la guerrera etíope Judith Nazet, se dedicaba a recorrer la costa de Zanzíbar en cumplimiento de sus obligaciones con el honor familiar, los enemigos trazan un plan destinado a capturar a su mujer y hacerle prisionero cuando acudiera en su auxilio. Los episodios de acción se suceden a ritmo acelerado, tanto en los mares como en las incursiones terrestres por selvas y desiertos que demuestran tanto la nobleza y valor de los defensores de la justicia como la perfidia cruel de los secuaces al mando de El Buitre. Navegantes holandeses sin escrúpulos, piratas en busca de tesoros, degenerados esclavistas, duelos a espada y audaces golpes de mano se alternan con el romance de fondo, al que los dos protagonistas el caballeroso Courtney y Judith se mantienen fieles a pesar de los numerosos peligros a que se ven sometidos por sus maléficos y tenaces perseguidores. Las diversas alternativas, éxitos, fracasos, victorias y derrotas de la feliz pareja, desembocan en un final previsible que dejará satisfechos a los lectores aficionados al género de aventuras. El autor no muestra mayores preocupaciones respecto al estilo que, en esta ocasión, se limita a reproducir a base de tópicos y expresiones vulgares, valores negativos acentuados por una traducción desafortunada. Las relaciones entre los dos protagonistas se mantienen dentro de un clima de respeto y delicadeza, a pesar de las difíciles circunstancias que les rodean. En cambio, las escenas de violencia bélica, las referidas al ambiente de los harenes musulmanes o al trato de los negreros a las esclavas, se describen cierta crudeza aunque sin rebasar los márgenes de la narrativa de aventuras.

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