EL LIBRO DE LOS REMEDIOS

Finalizando el siglo XVI, Gabriella Mondini, una joven doctora veneciana e hija de un conocido médico ausente desde hace más de diez años de la ciudad italiana, decide ir en busca de su padre siguiendo las pistas que las escasas cartas de aquél le ofrecen. Acompañada de sus fieles sirvientes Olmina y Lorenzo, y en contra de la opinión materna, Gabriella emprenderá una aventura de búsqueda e inesperados encuentros que le llevará desde la hermosa Venecia hasta los áridos paisajes africanos habiendo pasado antes por las frías y montañosas tierras europeas.
Con un relato extremadamente plano y unos personajes insulsos, la autora en esta su primera novela apenas logra despertar interés en el lector a lo largo de una trama que viene a resultar demasiado extensa. Los recursos utilizados con el ánimo de mantener una cierta tensión no terminan de cuajar adecuadamente, quedando como hechos anecdóticos que no vuelven a retomarse. En definitiva, un conjunto de pinceladas sueltas de escenas románticas, de situaciones peligrosas, de sospechas, de cierta irreligiosidad en aras de la intelectualidad, etc., expuestas como de pasada y que no consiguen crear un cuadro completo. Se podría hablar de una aventura sin aventura. En ningún momento se logra un clímax de misterio o tensión como cabría esperar en este tipo de historias llegando a un final un tanto decepcionante a tono con el resto de la novela. Las breves descripciones de los sueños de la protagonista revelan el carácter poético de la autora, siendo quizá lo más positivo de la obra.

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