EL MAR DE LA TRANQUILIDAD

Dos figuras anónimas para sí mismas y perdidas en una espesa niebla son el detonante de una inquietante trama que parece situarse entre lo onírico y lo paranormal, hasta que se va desvelando gradualmente el misterio de fondo. Desde un planteamiento ingenioso, que sumerge al lector en un ambiente opresivo y delirante, se va abriendo paso una investigación de tintes detectivescos, en lo que podría ser una historia dentro de otra. En este caso, son los personajes de ficción, fruto de la mente de un escritor adolescente, los que deben encontrar a su autor desaparecido desde hace un tiempo, para poder ellos sobrevivir. Los dos muchachos, detectives de ficción, inician una andadura por un universo inconsistente que se deshace a cada paso, así como sus habitantes que se diluyen en la niebla delante de sus ojos, sin que eso les impida seguir avanzando en lo que entienden que deben resolver. La búsqueda del autor desaparecido es el motor de un argumento, que se carga de intriga a medida que avanza y discurre por escenarios irreales y fantásticos, con escenas que rayan el terror, pertenecientes a una dimensión desconocida para ellos y para los lectores. Desconcertante de principio a fin, es un relato breve y difícil de clasificar, que mantiene la atención por el clima de perplejidad que lo envuelve desde las primeras páginas.

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