EL ORO DE LOS JÍBAROS

Juan Bolea ofrece la sexta novela protagonizada por Martina de Santo, la intrépida detective, ya cercana a los cuarenta años, que descansa en los Picos de Europa, mujer con una larga trayectoria de relaciones sentimentales de diversa índole y que acaba de comenzar a salir con un antropólogo español experto en tribus amazónicas. Allí le llega una extraña carta de un amigo al que conoció en Cádiz durante su infancia quien le declara su amor a la vez que le informa de unos horribles crímenes según los ritos jíbaros, a base de reducción de cabezas humanas, que están teniendo lugar en Belice, zona fronteriza entre Perú y Ecuador. Martina se traslada a Madrid y comienza a indagar, abre diversas líneas de investigación, encontrando ramificaciones en antiguos buscadores de oro que marcharon a esa zona; a su vez recibe otra carta de su amigo gaditano y va creciendo en ella una sutil sospecha sobre la autoría del crimen. Su tesón y audacia le llevan hasta Belice donde encontrará más cadáveres y correrá serios peligros hasta lograr que sea detenido el asesino.
La novela está técnicamente muy bien construida y reúne todos los elementos para ser un buen exponente del género: un logrado ritmo que no decae, intriga, aventuras, un creíble desarrollo de la investigación y, sobre todo, la intervención de una peculiar inspectora, factor que constituye el núcleo narrativo. Martina de Santo esta dibujada como una mujer compleja, trabajadora, intuitiva y con una visión permisiva acerca del amor que se desliza en alguna reflexión. Bolea ensambla el enigma argumental con un curioso tema en torno a la civilización de los jíbaros que enriquece culturalmente la trama y contribuye a que el caso resulte aun más misterioso para el lector.

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