EL PASAJE

A Amy, una niña que tiene una infancia dura, pues su madre acaba prostituyéndose para poder vivir, e inyectan un virus y se convierte en un ser especial. Junto a ella, un sector del ejército de Estados Unidos inocula ese virus a doce criminales, que se transforman en unas bestias sedientas de sangre humana. Cuando se escapan de sus celdas, estas bestias o virales provocan una catástrofe universal y sólo unos pocos logran sobrevivir, en un lugar donde no saben nada del pasado. Ellos, protagonistas, junto con Amy, de la novela, viven en una comunidad, luchando contra los virales que se acercan.
El comienzo de la novela es relativamente normal, con historias de seres humanos. El cataclismo, así como los sentimientos de los personajes y sus enfrentamientos con los virales se narran al estilo de un bestseller, de modo muy claro, sin nada implícito. El autor siembra algo de misterio y de dudas, y escribe sobre la fuerza interior, sobre el corazón que dicta lo que se debe hacer. Ese toque de magia o misterio equilibra la dureza de otras partes del relato. Un mundo en el que queda algo de moral y una metáfora de la destrucción de lo conocido por un virus letal que al ejército y a los científicos se les fue de las manos, pero la esperanza y el amor hacen que el mundo vuelva a empezar.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa