EL PERFUME DE LA ADOLESCENCIA

El autor analiza en este libro qué pueden hacer los padres y educadores para ayudar a cada chico a vivir mejor su adolescencia, descubrir al hombre en potencia que hay en él y ayudarle a crecer.
El autor enfoca la educación de los adolescentes con un sentido muy positivo: lo importante es facilitar un clima para que esta etapa suponga un crecimiento para ellos y plantearles horizontes de mejora personal, a pesar de sus contradicciones y agitaciones. Para que se dé ese crecimiento, es vital el ejemplo y estilo educativo de la familia. El autor da unas pautas para crear un clima de comunicación confiada, y lo será si los padres saben escuchar a sus hijos y cuidan el modo de decirles las cosas, sin imposiciones, con respeto y exigencia, y ambos en unidad de criterio, porque los hijos tienden a aprovecharse del progenitor más débil. Padres y educadores deben descubrir juntos los puntos débiles, objetivos de formación. El autor sugiere a los educadores cómo deben impartir sus clases, evitando actitudes provocadoras, centrándose en la motivación. Trata también sobre la formación cultural, la educación en la austeridad, la educación sexual, la formación para la reflexión y la educación de la sensibilidad.

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