EL PRINCIPIO DE LA SABIDURÍA

A finales del siglo XIX, la protagonista de esta novela, una adolescente de doce años, huérfana de padre, deja el pueblo australiano donde vive con su madre y hermanos, para estudiar en un internado de Melbourne.
La acción narra el impacto que supone para ella un cambio tan radical de ambiente, conocer compañeras de estudios de procedencias diversas y someterse a una disciplina escolar sumamente rígida. El relato refleja experiencias autobiográficas de la autora, cuyo nombre real era Ethel Lindsay Richardson (1870-1946). El análisis de la evolución psicológica de la protagonista, durante sus largos años de internado, muestra, además de singular capacidad de penetración, notable riqueza de matices desde una perspectiva realista cercana al naturalismo. La descripción de los métodos educativos a los que se ve sometida constituye, más de un siglo después de haberse publicado la novela, en 1910, un cuadro social tan expresivo como interesante. La protagonista, inteligente y sensible, se siente humillada debido a que procede de una familia venida a menos, con una madre que trabaja de bordadora para sacar adelante a sus hijos. El temor a que la juzguen negativamente y el deseo de verse aceptada por sus compañeras, la inducen a aparentar ser como no es y a recurrir a su poderosa imaginación para inventarse realidades inexistentes en su historia personal. El argumento se centra en la destrucción de la inocencia y la espontaneidad, la lucha por encajar en un estereotipo socialmente aceptable y la renuncia a la esencia de la propia personalidad. La atmósfera en que se desarrolla este proceso queda perfilada con rasgos escuetos, pero enormemente significativos, en un entorno de estrictos principios presbiterianos. La temática, de fondo intemporal, sobre el acoso escolar, la fuerza y el vigor del estilo y la excelente caracterización de los personajes, mantienen viva la obra literaria de esta pionera de las letras australianas y de los movimientos sufragistas, antepasada lejana de la novelista inglesa Iris Murdoch.

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