EL PUDOR

Mónique Selz es especialista en psiquiatría y psicoanálisis y ha trabajado en distintos hospitales. Plantea el pudor como un espacio de libertad.
Selz señala que estamos en una sociedad que juzga el pudor como algo caducado y casi prehistórico, una moda añeja o un atavismo prehistórico. Frente a la obsesión por mostrarlo todo habla del impulso adánico de abrigar la desnudez, y de la autonomía y la libertad humana.
La autora se refiere sobre todo a la sexualidad, pero sin olvidar que hay formas de vulnerar el pudor como la grosería, la procacidad o algunas formas de exponer la intimidad en las redes sociales. Resalta la conexión que existe entre la virtud del pudor y el disfrute social de la libertad. Piensa que el mal lugar que ocupa hoy el pudor es una forma de compensar el puritanismo anterior. Resalta como algo paradójico que en la actualidad parezca que lo legítimo es, por ejemplo, el nudismo. Y sostiene que al menosprecio del pudor ha seguido al divorcio entre el amor y la sexualidad o que el peso concedido a la imagen rebaja el que tiene la palabra y la razón.

Carmen Juste