EL REGRESO DE LA CIGÜEÑA

La veterana cigüeña que protagoniza este cuento se encuentra muy triste porque ya no se ocupa de llevar en el pico a los recién nacidos para dejarlos en casa de sus padres. Aburrida, durante un tiempo se dedica a vagabundear, sobreviviendo a base de rebuscar comida en contenedores de basura. Sin embargo un día el encuentro con un simpático y enérgico ratón y una niña de pocos meses, perdida en la calle, vuelve a dar sentido a su vida. La obra revive la antigua costumbre de decir a los niños que los bebés los traía la cigüeña, con la posible intención de facilitar a los padres la ocasión de darles una explicación más real de su llegada al mundo. El desarrollo argumental, muy fantástico, resulta un tanto forzado y el humor que impregna el estilo tiene un carácter surrealista que quizá no resulte del gusto de todos los lectores. La caracterización de la cigüeña como una especie de vagabundo amargado y aficionado a la bebida por encontrarse en situación de paro, no parece muy acertada para el público infantil, que, por otra parte, ya no está familiarizado con la leyenda en que se inspira la trama.

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