EL REINO DE LOS HOMBRES SIN AMOR

En la España del siglo XVII, Isidoro Montemayor, hidalgo protagonista de las dos novelas anteriores del mismo autor, se nos presenta como secretario de la Marquesa de Cameros, con quien mantiene unas relaciones más estrechas que las profesionales. La Marquesa en realidad es viuda, aunque se la cree casada. Sobre unos hechos históricos reales, como es el intercambio de las princesas Ana e Isabel, que por alianzas matrimoniales van a ser reinas de Francia y España, llevado a cabo en la frontera francesa, y el previo viaje de la Corte española desde Burgos hasta Behovia, el autor construye una interesante y entretenida novela, mezclando con este hecho histórico y otros, ficciones como la investigación del protagonista, primero en calidad de secretario, y después por su cuenta, sobre la naturaleza del producto de las posesiones de la Marquesa y su difunto esposo , en América.
Sucesos históricos aunque con licencias temporales, que son oportunas para el desarrollo de la narración. Tanto el protagonista como los demás personajes, reales y ficticios, están muy bien perfilados, así como los ambientes. Resaltan cualidades de muchos de los que aparecen a lo largo del relato, y claras deficiencias, lo que da credibilidad al argumento. Se percibe a lo largo de la novela cierto aire irónico acerca de las situaciones de la España del siglo XVII, y algún tópico sobre eclesiásticos, sin extremos. La abundancia de personajes, que podía desconcertar al lector, está resuelta con una guía que ofrece la edición, al comienzo.

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