EL SEGADOR

Novela de la serie Mundodisco, donde la muerte aparece condenada a morir, pero antes se le concede un tiempo en el que aprenderá a sentir cómo éste se acorta segundo a segundo. Durante este paréntesis los seres vivos no mueren: se transforman en muertos vivientes, a la espera de que surja una nueva muerte que los sitúe en donde deben estar.
La obra se divide en dos cursos narrativos paralelos, el de las aventuras en el tiempo de la muerte y el de una de sus víctimas, que permanece en una zona intermedia entre el vivir y el morir. Cada uno de estos desarrollos argumentales es distinto, y también desigual en calidad. La parte protagonizada por "El Segador", con reminiscencias de las Danzas de la Muerte bajomedievales, es la más conseguida, teñida de cierto romanticismo y cargada de sentido simbólico, en tanto que el espíritu humano tiende a finalizar la existencia material a la vez que a rechazar este proceso instintivamente. La parte protagonizada por los muertosvivos es una parodia de la literatura de vampiros y zombies, escrita con estilo vulgar, a base de humor negro y situaciones esperpénticas. En conjunto la obra, lastrada por el desequilibrio entre las dos líneas en que se desarrolla la acción, entrelazadas en episodios alternativos de modo un tanto arbitrario, resulta un producto de consumo comercial, muy poco trabajado, tanto de forma como de fondo. El lenguaje es pobre, coloquial en exceso y falto de expresividad, y el contenido, lejos de profundizar en cuestiones existenciales, se limita a una nebulosa espiritualidad de postrimerías y a presentar a un ser supremo no se sabe si divino o diabólico, a juzgar por su nombre, Azrael.

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