EL TESORO DE HERR ISAKOWITZ

Relato de un viaje que realizó el propio autor, Danny Wattin, junto con su padre y su hijo mayor en 2012 para recabar información de su familia, judía de origen alemán y en su mayoría refugiada en Suecia desde los años del nazismo. Las tres generaciones de los Wattin tienen la oportunidad de conocerse mejor y ahondar en su relación durante el camino y la investigación de sus raíces.
A medio camino entre el relato de viajes y el diario, El tesoro de herr Isakowitz puede tener dos lecturas: por un lado, la inmersión en los periplos y sufrimientos de los judíos alemanes hasta que dan con un país de asilo; y por otro, la mejora de la relación entre abuelo, padre y nieto.
La primera lectura recuerda inevitablemente a los refugiados que a día de hoy solicitan asilo en Europa, a pesar de que no se les nombre de forma explícita, y, con las anécdotas y recuerdos familiares, teje una crítica a los prejuicios raciales, culturales y religiosos, yendo incluso a cuestionar el valor de la religión en general; la cristiana en particular.
Por otro lado, la segunda lectura, de un estilo mucho más desenfadado, intercala, entre los relatos de los antepasados de Wattin, algunos momentos del viaje, concebido como una pequeña odisea en la que se parte de la fría distancia de la rutina para volver al cariño de las raíces familiares. Estas escenas ponen de manifiesto las diferencias generacionales, la necesidad de comprender las circunstancias y vivencias del otro para entender su actitud y una cierta superioridad moral de la mentalidad actual sobre la de nuestros padres y abuelos, por más abierta y tolerante. Wattin trata de inocular humor, pero da por hecho que a todo lector de su libro le gusta el chiste irreverente e inoportuno, abundante durante todo el relato.

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