EL TIEMPO DE LAS ILUSIONES SENCILLAS

Rafael Alcázar (Calera y Chozas, Toledo, 1948) director de cine y licenciado en Sociología, narra en estas memorias unos meses de su infancia entre 1957 y 1958. La acción se sitúa en el pueblo toledano de Villanueva donde el autor vivía entonces con sus padres y hermanas pequeñas. A los nueve o diez años, su interés se centra en la trayectoria deportiva el Real Madrid, cuya gran estrella era entonces Alfredo Di Stéfano. Por otra parte, comienza a percibir que en el pueblo ocurren ciertos hechos que no comprende bien y en cuyo origen subyacen rencores derivados de la Guerra Civil, avivados por el caciquismo de quienes se adhirieron al bando vencedor por oportunismo. La obra narra, con estilo cuidado y expresivo, en un entorno ambiental hábilmente perfilado, la vida cotidiana de un niño ingenuo e inteligente que es leal con sus amigos, buen estudiante y un sagaz observador del mundo en que vive. El despertar de la sexualidad que observa en los chicos mayores que él y la conducta de alguna joven del lugar le provocan reacciones hasta entonces insospechadas que le causan sorpresa y miedo, a la vez que le resultan extrañamente gratas. Descubrir aspectos oscuros de la conducta de los adultos inquieta su apacible existencia infantil, de la que comienza a despedirse, al ser consciente de que existen realidades desconocidas, amenazantes y dolorosas. La obra, que finaliza cuando comienza el verano tras del cual tendrá que ir a estudiar interno a un seminario diocesano, ofrece un interesante testimonio de época, bastante objetivo aunque no del todo imparcial, bien escrito y con unos personajes centrales perfilados con rasgos humanos convincentes.

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