EL TREN DE LOS RONQUIDOS

El protagonista de este cuento es un niño, hijo único, cuyo abuelo se va a vivir a su casa y con el que tiene que compartir su habitación. Al principio, al pequeño se alegra mucho porque esto significa que podrá oírle contar cuentos con más frecuencia. Sin embargo, desde la primera noche, los ronquidos del abuelo le resultan insoportables y tiene que despertarle para que le deje dormir. Ante esta situación, el abuelo le explica que lo que hace tanto ruido no es él, sino el Tren de los ronquidos que sale de la Estación de los Sueños y lleva a los que duermen a realizar viajes maravillosos.
La obra está bien escrita, con estilo cuidado y una acción muy ágil y variada, rica en recursos fantásticos, concebidos con acierto para estimular la imaginación del lector. La invitación a soñar que encierra el argumento y la tierna relación que une a los dos personajes centrales, son dos rasgos muy positivos del contenido de fondo de esta historia. Sin embargo, la autora trata el tema de la muerte de una forma elíptica y desvaída, que parece poco formativa al insistir en referirse al Más Allá como el Mundo de los Sueños y vincula la vida después de la muerte, al recuerdo que sus seres queridos guarden de los difuntos y no a una existencia real e independiente de la voluntad de los seres humanos.

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