EL VIAJE DE TANAKA

Ambientada en el Japón actual esta fábula presenta a una joven, Mei Tanaka, que vive con su madre a las afueras de Tokio, ambas abandonadas por el violento padre de Mei. El mismo día en que el médico le diagnostica una grave enfermedad fallece su madre. La joven viaja para enterrar sus cenizas hacia la lejana aldea de Yoshú, lugar enigmático y lúgubre donde se retiran los ancianos para morir y del que la leyenda asegura que tiene el secreto de la inmortalidad. En paralelo se cuenta la historia de Kento, hijo de una prostituta, quien al crecer se hace experto en artes marciales y, tras entablar amistad con malas compañías, acaba siendo sicario de una mafia de crimen organizado, convirtiéndose en un auténtico asesino. Hasta Yonshú llega también Kento para cumplir una misión pero una serie de circunstancias cambiarán su vida.
La novela se estructura en dos planos alternativos en los que se relata las trayectorias de los protagonistas, dibujados con escasa profundidad psicológica. Su autor intenta recrear las costumbres y mentalidad niponas desde una mirada occidental y describe algunas de las creencias animistas o teorías acerca de la inmortalidad orientales a base de una prosa emotiva y cargada de sentimentalismo que en ocasiones raya en un lirismo algo dulzón. El argumento resulta previsible y ofrece secuencias poco verosímiles aunque, al tratarse de una fábula, pueden resultar admisibles. Por lo demás, es un libro ágil y de sencilla lectura, que ofrece algún apunte erótico y cuya intención es la de reivindicar el respeto y la veneración a la ancianidad aunque se hace desde un tratamiento ciertamente epidérmico.

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