ELOGIO DEL GATO

Elogio del gato es un ensayo literario dedicado a glosar la acusada presencia del gato en el mundo de las Bellas Artes, como una realidad que le atribuye un lugar destacado en el entorno de la cultura occidental. Divinizado en el Antiguo Egipto, desde donde pasó a Europa, considerado en épocas medievales imagen diabólica y siempre buscado como animal de compañía, este pequeño felino ha sabido seducir y fascinar a lo largo de los siglos al ser humano. Pese a su actitud distante y altanera ha conseguido ser mimado y admirado gracias a sustituir la fuerza de la que carece por la astucia que le sobra.
Stephanie Hochet (París, 1975) autora de varias novelas, aborda por primera vez el género ensayístico para dedicar a los gatos un homenaje teñido de humor. En estas breves y documentadas páginas resalta lo paradójico del interés que despierta entre las personas, a quienes nunca mira con adoración, a diferencia del perro, sino con desdén tolerante y simpatía controlada. La obra, escrita con estilo cuidado y ameno, repasa su papel preponderante en novelas y relatos, en el cine y la fotografía, en el comic y la poesía e incluso en la música. En estos ámbitos, a su vez, ha dado lugar a interpretaciones de todo tipo, desde simbolizar el atractivo erótico femenino, el hechizo de la magia, el misterio o el miedo a reflejar actitudes evasivas, como la del Gato de Cheshire en Alicia en el País de las Maravillas o la satisfacción oronda en el caso de las tiras cómicas de Garfield. La autora, habituada a vivir con gatos, acierta a describir la forma en que se desarrolla su relación con el hombre, desde una perspectiva realista, ajena tanto al rechazo como a la idealización. Sin embargo, en alguna ocasión, tiende a considerar al gato como un pequeño dios, haciendo, en tono irónico algunas alusiones a la Divinidad que resultan poco respetuosas.

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