EN BUSCA DEL CONDE SOBANSKI

Anna Augustyniak es periodista polaca, filóloga, escritora y reportera de radio y televisión. Sus libros han sido traducidos principalmente para los países del Este de Europa, además de al inglés, alemán y hebreo. En busca del Conde Soban´ski, es una biografía escrita por la autora en 2009 tras un trabajo de investigación y que ahora presenta en España Fórcola Ediciciones con un prólogo de Mercedes Monmany y un Epílogo de Michal Sobanski, sobrino-bisnieto del protagonista, el conde polaco Antonio Sobanski (1898-1941), considerado el cronista que supo narrar a los polacos la maldad de la ideología nazi antes de que se desencadenara la guerra.
La biografía se centra principalmente en el periodo de entreguerras en el que Sobanski comienza a desenvolverse entre la intelectualidad polaca iniciándose en el grupo literario conocido como grupo Skamander para convertirse después en un conocido periodista con un don especial para narrar cuanto observaba.
En una época social, política y económica compleja, surgió también una rica vida cultural y artística en torno a tertulias donde se reunía la intelectualidad y que más tarde rechazaría el totalitarismo de uno u otro signo.
Tonio, como era conocido por sus amigos, hombre de gran cultura y una fuerte personalidad, pronto destacó como hombre de letras, viajero y cronista. De su estancia en Alemania en 1933 escribió Un ciudadano en Berlín, un libro de crónicas sobre lo que estaba aconteciendo en ese país y que le supuso la enemistad con el régimen nazi.
Aunque entre su entorno más cercano se supo de su homosexualidad, ésta no queda clara y se reduce a un ambiente de entendimiento entre los más íntimos.
Tonio es un ferviente partidario de la amistad. Compartió una intensa vida social, nocturna en muchos casos, de fiestas, tertulias y viajes, además de alguna extravagancia.
Cuando nació, su familia pertenecía a una de las quince más ricas de la República Polaca y fue educado, además de en la prosperidad material, en el respeto a las tradiciones y a la fe católica que profesaría hasta el final.
Tras su muerte en 1941 en un hospital de Londres por tuberculosis, pronto será olvidado, a pesar de los intentos por rehabilitarlo por parte de alguno de sus amigos.
Anna Augustyniak hilvana retazos de la vida de un hombre que, sin duda, pudo fascinar a sus contemporáneos y a todos aquellos que pudieron disfrutar de su amistad, pero que quizá no consiga despertar el interés entre el público español ante la profusión de personajes, datos, etc., que no resultan conocidos ni cercanos.

Encarnita Herraiz