EN BUSCA DEL UNICORNIO

Un joven soldado de Castilla es enviado por Enrique IV a África, al mando de una tropa expedicionaria que debe hallar un unicornio, animal mítico cuyo cuerno, reducido a polvo, tenía virtudes afrodisíacas. Veinte años de penalidades transcurren hasta que el soldado, único superviviente de la numerosa hueste, vuelve a pisar tierra castellana, precisamente en Palos y el mismo día en que zarpaban las carabelas de Colón.
La obra, Premio Planeta 1987, es una ficción de fondo histórico aunque los hechos que narra sean totalmente imaginarios. Con una técnica narrativa que evoca la de los libros de caballerías, la acción, muy imaginativa, se desarrolla en forma bastante rápida y variada. Sin embargo, el estilo -que adopta el tono de una crónica medieval y un lenguaje arcaizantey los hechos narrados no son sino fruto de una intensa intelectualización: la elaboración fantástica de un novelista cuyos sueños se nutren más de cultura que de realidades. Esto no impide que la obra sea original e incluso entretenida, aunque el estilo, carente de diálogos, encierre cierta monotonía. El protagonista encarna el mundo caballeresco y medieval, pero a su regreso -solo, pobre, manco y agotado, y con el cuerno, aunque sea de rinoceronte y no de unicornioel rey ha muerto y la Edad Media deja paso a la Moderna. La suya es una triste historia de heroísmo no reconocido y de idealismo condenado al fracaso, tratada en tono entre irónico y sentimental. Alguna referencia crítica a la conducta de eclesiásticos y abundantes escenas eróticas, en general no descriptivas, añaden un elemento de crudeza a una acción básicamente centrada en luchas y viajes.

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