ESCUELA DE REBELDES

Charles King cuenta en este ensayo los inicios de la Escuela Americana de Antropología, fundada por un alemán de Westfalia, Franz Boas. Se trata de un ensayo narrativo, en el que se entrelazan las apasionadas biografías de Boas y sus discípulas -especialmente Mead y Benedict- con la explicación de sus aportaciones. Fue muy importante su papel, sobre todo en la cultura americana, y su relevancia en la conformación de las ideas contemporáneas.
Al principio, las propuestas de Boas fueron un escándalo. Aunque no era la primera vez que se proponían asentamientos entre indígenas para estudiar culturas extrañas, Boas y sus discípulas fueron los más atrevidos. Se dieron cuenta de que solo a través de la observación participante era posible entender y estudiar los valores y costumbres foráneas. Por ello, a esta escuela le debemos un principio metodológico fundamental. Las nuevas ideas no fueron del gusto del establishment académico; de ahí las dificultades de todos ellos para lograr un puesto fijo en un departamento universitario.
Pero esa no fue la única idea revolucionaria que aportaron. Mucho más importante, en el contexto en que nació, fue la obsesión por el relativismo cultural. Lo que entendieron es que no había patrones culturales ni valores fijos y que cada expresión cultural y cada identidad tenía una dignidad insoslayable. Con ello, se opusieron a los primeros brotes racistas que, bueno es saberlo, se dieron en América por primera vez. Pero dieron un golpe mortal a la idea de naturaleza humana en un sentido normativo.
En todos los protagonistas de este libro hay una especie de aversión a la cultura occidental. El autor encuentra en ellos, quizá con razón, las huellas de la cancelación y el identitarismo contemporáneo. También las discípulas de Boas fueron rebeldes y desafiaron la forma de familia y de amor. Pero el libro es importante porque da a conocer la simiente de lo políticamente correcto y también de qué modo se puede ver lo humano por debajo de tanta diversidad.

TROA