ESTUDIO EN NEGRO

José Carlos Somoza (La Habana, 1959) es un escritor muy prolífico que suele mezclar en sus novelas los ingredientes policiacos, fantásticos y mágicos, como también vuelve a hacer en Estudio en negro, su nueva novela.
La acción transcurre en la ciudad portuaria de Portsmouth en el siglo XIX, y la primera tarea que logra realizar con éxito la novela es describir con mucha verosimilitud el ambiente en el que se desarrolla. Somoza describe con sencillez el clima y los elementos de la ciudad y sus habitantes, necesarios para encuadrar la novela.
Los protagonistas principales son tres: un enfermo mental, por lo menos así clasificado, que no tiene nombre y se hace llamar Señor X; su enfermera, Anne; y un joven doctor que ha comenzado a montar una consulta en la ciudad, que curiosamente se llama Conan Doyle y que además es escritor y ha creado un personaje que se llama Sherlock Holmes. Los tres se encuentran en Clarendon House una casa de reposo para este tipo de enfermos que provienen de clases altas.
Un elemento clave y sobre el que gira toda la novela es el mundo del teatro. Es la mayor forma de diversión de la población en esos tiempos y alrededor de las representaciones pululan todo tipo de personajes, incluidos pobres, mendigos y niños de la calle, que son muy abundantes.
Y en medio de este ambiente, de pronto, aparecen asesinados dos mendigos, dos pobres hombres que, como casi todos los personajes, están relacionados con el teatro. Por su cuenta, el Señor X inicia una investigación de estos asesinatos y, al estilo de Holmes, como es muy intuitivo, se adelanta a los acontecimientos. También aparece en escena para investigar los hechos Scotland Yard, representado por un ridiculizado inspector. Y el doctor decide sumarse a este enredo.
La que se convierte en el hilo conductor de los hechos, y la que une a todos, es Anne, la enfermera, una mujer con una vida dura a sus espaldas, pero con un carácter muy animoso y enamorada totalmente de su profesión, aunque a veces resulta un tanto ingenua. Sin embargo, en la trama acaba por actuar con fortaleza y desempeñando un papel importante. La novela avanza con más muertos, con la sucesión de estrenos de obras de teatro y con la investigación que llevan a cabo estos personajes, más el inspector de Scotland Yard.
Pero la novedad de esta novela que transcurría dentro de los cánones del realismo es la mezcla lo irreal con lo fantástico, que aparece incluida en la narración.
La irrupción de este elemento viene a demostrar que no siempre las cosas se resuelven a golpe de lógica y que existen siempre otras posibilidades.
Somoza consigue dotar a la novela, muy del gusto del siglo XIX, de originalidad en el planteamiento y desarrollo y de fuerza en la exposición literaria.

Alberto Portolés