EVELINA Y LAS HADAS

Simona Baldelli, ganadora con esta novela del Premio John Fante en 2013, conoce bien a las gentes de Pesaro donde se desarrolla Evelina y las hadas. Granjeros y agricultores que debieron vivir una guerra cruel y en muchos casos obscena que vino a incrementar las penurias ya de por sí habituales en el campo.
En el último año de la Segunda Guerra Mundial, Evelina tiene cinco y puede ver al hada Negra y al hada Boba. Su familia también las pueden ver, pero ella más y es capaz de seguir sus movimientos e interpretar sus acciones. A su granja acaban de llegar algunos desplazados de la ciudad, gente estirada que huye de los bombardeos de los aliados. No entienden la vida del campo y reniegan de su situación. Por supuesto no son capaces de ver a las hadas, y su comportamiento resulta a Evelina extraño y feo. En el mundo interior de la niña la fantasía, la religiosidad aprendida en su familia y los sucesos que ve a su alrededor se mezclan intentando dar explicación desde sus pocos años a una realidad que se le presenta poco amable. La novela que se desarrolla entre la tragedia y la magia conmueve en la vivencia de sus personajes más jóvenes.
La autora en su versión original utiliza los dialectos propios de la zona. La dificultad para una correcta traducción al castellano resta fuerza al contraste entre los desplazados y los habitantes de las colinas por la diferencia de cultura, nivel social y comprensión de la trágica realidad que los circunda.
Con todo, se logra trasmitir tensión a la trama.
Algunas escenas reflejan actuaciones ligeramente irreverentes, crudeza en las imágenes de los muertos y crueldad en los invasores.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa