EXIGENCIA Y TERNURA

El autor, pedagogo especializado en educación de adultos, trata con buen criterio, aunque con ausencia de ideas innovadoras y con un lenguaje tradicional, sobre una amplia gama de temas relacionados con la educación. Puede ser lo más interesante del libro el ver en conjunto lo que supone la tarea de educar. Exigencia y ternura -como se indica en el títulodeberían ser, a su juicio, los criterios pedagógicos esenciales de un educador. En cuanto a la forma -una carta basada en el cuento de Pinocho-, resulta original pero excesivamente reiterativa. Tras describir las características de un buen maestro, destaca la importancia de que el educador se sitúe con realismo ante el educando y le proponga fines y también los medios, y le acompañe en su proceso. Los padres o educadores deben ir por delante con el ejemplo y ver a los educandos con el corazón y en su integridad como persona. Es necesaria la educación en virtudes y ayudar al niño a aspirar a lo mejor, sin quedarse en lo cómodo. La unidad familia-colegio es esencial para que el niño vea la firmeza en la transmisión de valores. El autor da orientaciones sobre cómo educar en libertad. Destaca la importancia del afecto y la raigambre en la familia, que consigue que el niño se sienta seguro y capaz de perseguir las metas.Las nociones de psicología evolutiva son básicas, sin aportar nuevo. El contenido en general es flojo.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa