FLORES DE PLOMO

El día 13 de febrero de 1837, en su casa de la madrileña calle de Santa Clara, se suicidó Mariano José de Larra. La novela narra la resonancia que tuvo este suceso en una serie de personajes, en su mayoría históricos.
Zúñiga (n.1929) ha estructurado la novela a modo de relatos cortos que abarcan casi ochenta años, aunque con continuidad argumental. El suicidio de Larra, pocas horas después de que lo visitara su amante, Dolores Armijo, que le pidió la devolución de sus cartas, deja una secuela de alivio, incredulidad, estupor, indiferencia..., entre personajes tan diferentes como Mesonero Romanos, José Landero o, muchos años después, Felipe Trigo, que también se suicidaría. Otros personajes, ficticios, colaboran en esta historia coral de voces y repercusiones. No se trata de una novela histórica, aunque los datos son reales. La ambientación de Madrid y sus personajes es certera y sobria, y deja asomar una serie de lacras del momento, en las que no se explaya. La prosa es cuidada, precisa, de gran belleza, aunque el fondo es el fracaso de un hombre de grandes cualidades.

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