- Editorial: DUOMO EDICIONES
- Año de edición: 2025
- Materia: Narrativa contemporánea
- ISBN: 978-84-19834-90-4
- Páginas: 384
- Encuadernación: Rústica
- Colección: Nefelibata
- Idioma: Español
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François Morlupi (Roma, 1983), escritor ítalo-francés con varias publicaciones del género y que ya ha obtenido varios premios, presenta en esta novela a unos policías peculiares pero atrayentes. El primero es el comisario Biagio Maria Ansaldi, un hombre apasionado por la pintura contemporánea, delicado, intuitivo, trabajador y que acaba en la Comisaría de Monteverde en Roma, huyendo de un puesto brillante y de relevancia en Milán, buscando la tranquilidad y la paz. El problema es que desde pequeño sufre unas tremendas crisis de ansiedad, a las que ataca con un número grande de todo tipo de fármacos. Vive solo y es conocido por sus dificultades para socializar. Su ayudante es la subinspectora Eugenie Loy, de madre francesa y con un carácter complicado, frío, que nunca muestra la más ligera alegría y que también socializa muy raramente. Es muy eficaz, trabajadora, sabe cómo tratar al comisario y está siempre a su lado. Los dos son muy buenos policías.
El resto del equipo son Matteo Caldara, hijo de policía muerto en acto de servicio, casado con dos hijos pequeños y una mujer de la que está muy enamorado. Muy eficaz en las tareas de investigación y de manejo de datos. Responsable. Y por último el Cabo Roberto di Chiara y su amigo de toda la vida William Leoncini, nacido en Maputo pero adoptado por una familia romana, los dos son los hombres de acción y de juerga del equipo.
El caso comienza con el brutal asesinato de un físico y en el lugar del asesinato una fórmula de Einstein, a este le sigue el de una profesora de matemáticas y junto a ella el célebre teorema de Pitágoras, no tardará en aparecer un tercer cadáver, pero ya fuera de Italia. Y en este caso un químico con su fórmula. ¿Qué está pasando?
Se van recorriendo los trámites normales en estos casos: familia, compañeros de las víctimas, interrogatorios en las universidades donde dan clase, posibles testigos
y aunque se encienden algunas luces no se acaba de encontrar la clave de los asesinatos. Un viaje a Cerdeña le da ocasión al autor para hablarnos de esa tierra y sus gentes.
Pasan los días y la investigación está muy parada. Se comienza tirando de un hilo sutil y así se llega a la posible solución del caso, que destapará toda una red macabra y una motivación religiosa.
La novela es culta, bien escrita, con un ritmo excelente y unos personajes muy bien enmarcados. Las relaciones humanas, los sentimientos, el amor y el compañerismo y las relaciones de equipo son una parte importante del relato y están tratadas con sencillez, pero con profundidad, dando altura al relato.
Si todo va bien, se tuerce cuando el autor tiene que justificar los hechos y atribuirlos a fanáticos católicos, haciendo un juicio de valor: la verdad de la ciencia está echando por tierra todos los mitos y los dogmas de la Iglesia, a la que apenas le queda ya el cuidado del alma. Es una pena porque es la consecuencia de unos juicios de valor que muestran la ignorancia del autor sobre la Iglesia y su misión. El suponer que los científicos tienen que ser por naturaleza ateos, ya que la ciencia es lo cierto y se opone a las afirmaciones de la fe es otra suposición gratuita de la novela.
TROA
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