GATOS SIN FRONTERAS

El autor tiene un gato, que apareció un día en su casa de la mano de su portero y que no tiene nada de especial en cuanto a su raza, es un vulgar gato romano callejero.Pero para la vida de Antonio Burgos, su mujer y la señora que limpia su casa es una fuente de alegría y de asombro continuo. Burgos muestra una habilidad grande para escribir tanto sobre algo tan intrascendente como es la vida de un gato con una familia. Una de esas habilidades es cambiar el nombre de todas las instituciones humanas por instituciones gatunas, por decirlo en el tono del autor. Durante el libro no sólo se habla de las andanzas del gato, sino de lo que ha sido este animal en la cultura universal, donde el autor, además, expone su opinión sobre asuntos de la historia, pero con una visión bastante superficial, aunque hay que tener en cuenta que el libro está escrito para amenizar, no para educar.Quizá sea cansino el mensaje sobre las virtudes de los gatos o sobre lo maltratados que han sido, pero el conjunto es simpático y alguna vez desternillante, como el tratado de hacer tomar una pastilla a un gato.

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