GERARDO Y LOS CUENTOS DE LA ABUELA

Mientras Gerardo, enfermo de faringitis, permanece encasa sin poder ir al colegio, su abuela, para entretenerle, le narra la historia de dos reinos enfrentados por un odio secular. En el de Kitrinilandia todo era amarillo, desde la comida, los paisajes y los edificios, hasta la piel de la bella princesa heredera. Frontera por medio, en Kokkinania, el color dominante era el rojo, en la misma proporción, en la ropa, los árboles, los alimentos, etc. Separados por múltiples rencores y recelos, los dos reinos sólo tenían en común la amenaza de un terrible enemigo, el Dragón de la Niebla, que atacaba a los dos por igual. Ninguno podía vencerlo por sí sólo, pero los reyes eran incapaces de ponerse de acuerdo para actuar juntos. Sin embargo, la princesa de Kitrinilandia acepta la invitación del príncipe de Kokkinania para intentar ellos lo que la generación anterior fue incapaz de conseguir. La obra, escrita como un cuento fantástico tradicional, responde en su temática, a una intención pedagógica antes que literaria, referida a la necesidad de superar prejuicios y favorecer el entendimiento entre las naciones, por encima de diferencias formales. Esta finalidad imprime al ritmo narrativo un carácter marcadamente discursivo, que repercute en la falta de agilidad de la acción y en el estilo, carente de fluidez y espontaneidad. Los recursos imaginativos de la trama son abundantes, los personajes quedan bien caracterizados y el contenido resulta acertado, pero el autor no ha logrado dar a este conjunto de aciertos una forma literaria atractiva y amena, lo que disminuye su interés y eficacia educativa.

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