GRANADA 1936

Granada 1936 es un relato novelado cuya acción transcurre durante los tres meses últimos de la vida del poeta Federico García Lorca (n.1898) desde junio de 1936 hasta su muerte ocurrida en la madrugada del 17 al 18 de agosto de ese mismo año. La obra se inicia en Madrid cuando el poeta, angustiado ante el clima de violencia que se vive en la capital decide refugiarse en la finca Huerta de San Vicente, residencia de verano de la familia. En la noche del mismo día 13 de julio en que fue asesinado por las fuerzas del orden público de la IIª República el diputado conservador José Calvo Sotelo, García Lorca toma el tren que le conducirá a Granada.
A partir de ese momento Manuel Ayllón narra los hechos que se suceden cronológicamente, día a día, en los diversos ambientes en los que se fragua el trágico destino del poeta. Las autoridades civiles del Frente Popular junto a los sindicatos y partidos coaligados observan con alarma los acontecimientos que precedieron al Alzamiento militar del 17-18 de julio contra el Gobierno de la República. Fueron momentos de gran tensión en los que la incertidumbre, el miedo y las noticias confusas provocaron reacciones de violencia que se cobraron numerosas víctimas inocentes. Entre ellas figura el fusilamiento de Federico García Lorca que, pese a los esfuerzos de algunos miembros la familia granadina del también poeta Luis Rosales, que ostentaban altos cargos de la Falange no lograron impedir el crimen. Manuel Ayllón (Madrid, 1952) reivindica la memoria de Luis Rosales y de sus hermanos falangistas que arriesgaron su vida y prestigio para impedir la muerte de Federico. Sin embargo, con meras referencias generales y sin aportar datos suficientes, acusa a los militares, a la Jerarquía y al clero de la Iglesia Católica de traicionar al régimen democrático de la República y de ser responsables de provocar una guerra injusta y sangrienta de la que fue víctima el pueblo español. Desde el punto de vista literario destaca, en el lado positivo, el acierto en las descripciones ambientales de la época; sin embargo, la reproducción puntual de diálogos inventados en los que el autor vierte en los personajes sus propias opiniones políticas, desmerece de la obra.

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