HOY AUN ESTAMOS VIVOS

Emmanuelle Pirotte, belga y de profesión guionista, debuta como escritora con Hoy aún estamos vivos, una novela que se adentra en la complejidad de la psicología humana con un resultado sobresaliente.
A finales de 1944 los americanos han logrado el desembarco en Normandía y los alemanes, sin querer reconocer su inminente derrota, se revelan con una crueldad desesperada. Sus fuerzas de élite logran infiltrarse entre los aliados y no tienen reparos en matar y destruir cuanto encuentran a su paso con una frialdad enfermiza. Mathias pertenece a esa élite. De excepcionales condiciones físicas y con un acento inglés impecable ha sido capaz de engañar en múltiples ocasiones siendo uno de los SS más apreciados por sus superiores. Destinado en Bélgica, creyéndole americano, un sacerdote le entrega a él y a su compañero a Rennée, una niña judía de siete años, para que la salve de los alemanes que están a las puertas del pueblo. Adentrándose en un bosque los dos soldados hacen caminar a la niña delante de ellos mientras Mathias desenfunda su arma dispuesto a matarla. Pero en ese momento, con una tranquilidad pasmosa, Renée se gira y le mira a los ojos con una mirada salvaje y el porte propio de una reina que le desarma por completo. Es entonces cuando inexplicablemente el hombre decide disparar a su compañero y salvar a la niña. A partir de ese momento Mathias no se impondrá otra misión que proteger a Renée. La compleja existencia de Mathias, un ser asocial desde su juventud, con unas relaciones familiares casi inexistentes y escéptico hacia la condición humana, es capaz de reconocer la fuerza de la inocencia a través de los ojos de una niña.
Emmanuelle Pirotte se centra principalmente en la psicología de unos personajes expuestos a la irracionalidad de una guerra que poniéndoles en situaciones límite los transforma. Aquí no hay buenos ni malos en el sentido estricto de la palabra. El miedo y un futuro completamente incierto harán que se sientan miserables, que algunos se envilezcan hasta convertirles en animales, busquen relaciones amorosas con una pasión desenfrenada, o por el contrario, les conviertan en héroes.
La autora no pretende defender la idea de que el fin justifica los medios, no intenta reclamar la inocencia de Mathias por un acto de compasión que ni él mismo se explica, es simplemente poner en valor la capacidad del hombre para salir de su propia miseria y dirigirse al bien.
La novela acoge una historia intensa, con momentos de gran tensión. Aunque toda la trama está bien contextualizada, hay una escena erótica y un intento de violación que puede molestar a algunos lectores más sensibles. Aun así, la relación entre Mathias y Renée, fuera de toda lógica, resulta verdaderamente hermosa.

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