ILUMINACIONES EN LA SOMBRA

Alejandro Sawa vivió como bohemio en París, donde conoció a Victor Hugo y fue amigo de Verlaine. Este libro contiene, por una parte, unos textos escritos en forma de diario de su regreso a Madrid, donde refleja toda la amargura y el patetismo que le llena ante la visión de las gentes, de los políticos, del ambiente y de sí mismo. En la segunda parte, titulada "De mi iconografía", realiza retratos literarios de personajes muy variados: Baudelaire, Alfredo de Musset, Teobaldo Nieva, Luisa Michel y otros. La edición está muy cuidada.
Sawa expresa su opinión sobre Sagasta y otros políticos del momento, sobre Felipe IV o Napoleón, y también muestra su profundo conocimiento de la filosofía de Nietzsche, de los periódicos contemporáneos y de los simbolistas y modernistas, a los que frecuentó y leyó, y de cuyo movimiento forma parte. Su lenguaje está impregnado de los modos literarios modernistas y simbolistas que él apreciaba y admiraba. Las abundantes referencias que hace Sawa a personajes literarios, históricos y políticos se explican sucintamente en breves notas autobiográficas al final del libro. Además, éste contiene fotografías de la época y el prólogo de Rubén Darío a la edición primera de esta obra, que data de 1910, así como una presentación de Andrés Trapiello. Ambas introducciones son útiles para el lector no especialista en esta época. La obra es interesante para enriquecer la visión histórica y literaria de esa época.

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