JIMMY SULLIVAN

Jimmy Sullivan, un chico de trece años que vive en una pequeña población de Nueva Zelanda, describe en primera persona, la situación de su familia, de origen irlandés y católico. Su hermana mayor está lejos, en un internado, y su padre y su madre es evidente que se llevan muy mal, sin que él sepa por qué ni cómo puede contribuir a mejorar la difícil situación en que se encuentran. Al paso de los días, la tensión crece y el narrador, fuera ya del hogar en el momento en que cuenta esa etapa de su vida, se resiste a exponer ante el lector los motivos por los que la familia se rompió para siempre, hasta que finalmente lo hace en las últimas páginas. Ian Cross, escritor neozelandés nacido en 1925, publicó esta su primera y más conocida novela en 1957.
La obra refleja la evolución psicológica del protagonista a medida que percibe cómo el ambiente de su casa se deteriora cada vez más, debido a que su padre bebe en exceso después de que cierta actitud de la madre le causara un profundo disgusto. A través de la mirada de Jimmy, ingenua todavía pero ya muy perspicaz, el lector participa del clima de tensión en que vive la familia Sullivan aunque el narrador ignora los motivos del conflicto. Puede ser que su madre intentara suicidarse o bien que se provocara un aborto y que su padre fuera responsable de algunas cosas de las que su hermana mayor se niega a hablar con Jimmy. Sin embargo, incluso aunque el autor se muestre discreto en extremo respecto a sucesos escandalosos, el relato transmite con gran efectividad la creciente ansiedad y temor del adolescente ante el deterioro de su estabilidad doméstica. El desarrollo temático coincide con el de las novelas de formación, en tanto que Jimmy, a lo largo de los meses, se ve obligado a analizar la conducta de sus padres y a descubrir realidades oscuras propias del mundo de los adultos. El carácter, abierto y cordial, del chico se vuelve agresivo, violento o desconcertante, al paso de los días, ante el temor que le produce una sensación de peligro inminente que le conduce incluso a rebelarse contra Dios. Cuando por fin su padre le regala la bici que llevaba tiempo esperando ocurre algo que provoca el descontrol de los acontecimientos y el desenlace más trágico que cabe imaginar. Bien escrita, con una tensión de intriga casi agobiante y personajes muy intensos en sus reacciones y sentimientos, además de una ambientación que subraya la desolación interna de quienes habitan en ella, la obra induce a reflexionar sobre la soledad indefensa de la infancia frente a los errores de los adultos.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa