LA BRUJA DEL OESTE SE HA MUERTO

Con La bruja del oeste se ha muerto (1994), su autora alcanzó notable éxito y obtuvo importantes premios de literatura juvenil, aunque Kaho Nashiki no escriba sólo para niños y adolescentes, también para adultos.
La sensible protagonista, Mai, es, según su madre, una “niña difícil”. Esta adolescente temprana de 13 años decide no volver a la escuela para evitarse el sufrimiento de verse rechazada porque ha decidido ser independiente y no integrarse en ninguno de los grupos. Además, en casa se siente sola porque su madre tiene un empleo exigente y su padre trabaja en otra ciudad. Al dolor de no encajar entre sus iguales se sumará el de la muerte de la abuela, tan querida para Mai.
El lector queda atrapado por la sencillez y la hondura de la historia: una niña que, a través del afecto, llega a conocerse a sí misma y a descubrir la belleza del mundo. La abuela, de suaves maneras y honda vida interior, la acoge unos meses en su “cálida” casa de montaña. En ese entorno de belleza natural, le va desvelando la maravilla de lo pequeño y cotidiano: el cuidado del huerto, de cuyos frutos se alimentan; atender las flores, que dan color y alegran la vida. O los paseos para disfrutar del sol del otoño, o buscar la fresca brisa bajo los árboles en verano.
Canto a una vida en comunión con la naturaleza, lejos de las prisas y tensiones de la gran ciudad, que alienan a las personas y enturbian las relaciones. La abuela le muestra a la niña el camino: comenzar por encontrar la armonía interior, que consiste en llevar una vida virtuosa; saber vivir sobriamente la realidad; y, finalmente, conectar espiritualmente con los demás. Se presenta la muerte de manera natural, como algo que forma parte de la existencia y queda abierta la esperanza a una vida del alma.

Francisco Andrés