LA CANCION DE DOROTEA

La propietaria de una finca de Gerona, que trabaja en Madrid, descubre que le han robado de la caja fuerte de aquella casa un valioso anillo. Sospecha de la guardesa, que confiesa el robo. Después averigua que la guardesa, en ausencia de su dueña, utilizaba la casa para organizar actividades relacionadas con la prostitución. Tras conocer sus manejos es despedida, pero deja en su antigua patrona un sentimiento mezcla de rechazo y fascinación morbosa hacia el mal.
La obra, premio Planeta 2001, es una novela de intriga, centrada no tanto en hechos externos como en la repercusión psicológica que éstos tienen en la protagonista, viuda sin hijos y ligada a un amante cariñoso pero no apasionado. Sus esfuerzos para descubrir la doble vida de su empleada no responden al deseo de conocer lo que ha ocurrido a sus espaldas sino al afán de abrir paso a insospechados abismos instintivos y oscuros, hacia los que siente irresistible atracción. La autora ha escrito con buena técnica y lenguaje aceptablemente correcto, aunque no brillante, una historia capaz de entretener. Sin embargo, el argumento es flojo, su desarrollo manifiesta abundantes faltas de verosimilitud y las situaciones caen en tópicos muy elementales. El empleo de la primera persona determina que el estilo sea más discursivo que directo, con abundantes párrafos donde la protagonista se autoanaliza y analiza el mundo que la rodea en términos pesados y reiterativos.

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