LA CATADORA

Hitler y el nazismo se han estudiado y novelado desde muchas perspectivas y cuando parecía que no quedaba ninguna más aparece esta novela para demostrarnos lo contrario. Se trata de la historia, inspirada en un hecho real, de un grupo de mujeres que sirven al Fürher de una manera muy singular: son las catadoras de su comida para no ser envenenado.
La acción transcurre en 1943, en Gross-Partsch (Prusia Oriental) y en Rastenburg, distantes tres kilómetros, más concretamente en la Wolfsschanze, La guarida del lobo, donde Hitler tiene una casa camuflada entre el bosque. Las mujeres son elegidas-obligadas para ser recogidas y trasladadas todos los días a La Guarida para que prueben todas las comidas del Fürher. Después de comer los alimentos tienen que quedarse un tiempo para ver si no hay ninguna reacción negativa y que se pueden servir a Hitler.
La protagonista es Rosa Sauer que se ha casado con Gregor, su antiguo jefe, con el que vive en Berlín, pero que se ha ido al frente ruso; ella, al quedarse sola, se va a vivir a casa de sus suegros en Gross-Partsch para esperar la vuelta de su marido y alejarse de la situación angustiosa que se vive en Berlín. Allí es reclutada como catadora. Su manera de ser contrasta con el resto: como berlinesa es refinada, elegante, culta, mientas que el resto son sencillas mujeres del pueblo. Entre ellas destaca Elfriede, siempre distante y enigmática, y también dos hermanas, ingenuas y fanáticas de Hitler, que mantienen distancias con respecto al resto, más indiferentes y menos leales a la causa.
A base de pequeños detalles, se van compactando y van acercándose entre ellas manifestándose como son y exponiendo su visión de la guerra, del régimen, de la vida del país y de los avances o retrocesos de la guerra. Se intenta también dar una visión de la situación política y social tal como la observa y comprende el pueblo desde su situación dolorosa de falta de cosas necesarias y, sobre todo, por el dolor de los familiares que están en el frente o han muerto por la guerra. Las historias personales de cada una de estas mujeres, desde sus miedos iniciales de ser envenenadas, hasta sus enamoramientos, sus deseos y las dificultades para vivir y entender todo, son también uno de los ingredientes valiosos de la novela.
La narración arranca lentamente y en muchos momentos tiene falta de ritmo. Las descripciones de los personajes y de sus estados no son siempre profundas, pero en general acierta. La autora ha querido incluir una pequeña dosis de tensión y lo consigue en algunos momentos con episodios sueltos, pero una vez que se ha avanzado mucho en la novela.

Alberto Portolés