LA CIUDAD SITIADA

Clarice Lispector sitúa la acción de su novela La ciudad sitiada durante los años veinte en una población del interior de Portugal, Sáo Geraldo, un sitio algo atrasado y cerrado en el más amplio sentido del término. Allí vive la protagonista, Lucrecia Neves, una atractiva joven de gran personalidad que se debate en sus conflictos interiores a la vez que experimenta una sensación de ahogo ante la inevitable monotonía de su ciudad, sitiada como indica el titulo. Lucrecia es pretendida por un médico, un impetuoso teniente y un comerciante que acaba por conquistarla, pero hasta llegar a ese punto hay en ella un tormentoso proceso de maduración, también en el plano amoroso, lleno de inseguridades y temores. Sáo Geraldo, en paralelo a Lucrecia, también evoluciona hacia el desarrollo económico y se abre a nuevas perspectivas.
C. Lispector ofrece una trama en la que aparentemente no ocurre nada extraordinario ya que se centra en el mundo interior de la protagonista. Una voz en tercera persona analiza la intimidad de Lucrecia, sus pensamientos, sus miedos y sus interrogantes afectivos con manifestaciones de suave sensualidad en un profundo ejercicio de introspección psicológica. El resultado es la construcción de un sólido personaje femenino. Como es habitual en el estilo literario de la autora el hilo narrativo no es lineal sino que muestra reflexiones o emociones de forma algo deshilvanada y a través de frases cortas. El relato presta gran importancia al lenguaje, siempre en busca de las palabras que expresen el intangible mundo interior, algo que se logra con sobriedad y precisión dando lugar a páginas de misteriosa belleza. El libro logra atrapar al lector no por la historia en sí sino por la calidad de su escritura.

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