LA DIMENSIÓN TÁCITA

M. Polanyi perteneció a una estirpe de genios: su padre fue Nobel de Química y su hermano, un conocido economista, algo crítico con el capitalismo. Michael se dedicó sobre todo a la filosofía de la ciencia, componiendo una obra original, sumamente influyente, aunque desconocida, por paradójico que pueda parecer. Este ensayo parte de una verdad que el positivismo deseaba negar: sabemos más de lo que podemos expresar porque entre lenguaje y pensamiento hay en ocasiones una falta de simetría.
La conclusión no es baladí porque implica dejar espacio a formas de conocimiento que exceden la rigidez y el empirismo del cientificismo. Polanyi se refiere a todos aquellos aspectos que escapan al descripcionismo y que revelan que hay un saber tácito. Concretamente, el autor se refiere a cuatro elementos, que explica en el ensayo. En primer lugar, la tradición. En segundo término, las prácticas heredadas, los hábitos sociales y culturales. Luego viene, tercero, los valores implícitos en las formas de vida. Y, por último, los prejuicios.
Este material tiene aspectos positivos y negativos, pero en común ninguno de estos factores puede ser articulado. Si bien es cierto que a veces pueden ser rémoras al saber, por otro lado en otras ocasiones posibilitan la apertura de la razón. En cualquier caso, la conclusión es clara: nuestro conocimiento, a pesar de lo que indique la ciencia, tiene mucho de fe.
Una obra de filosofía y gnoseología muy interesante.

TROA