LA DIOSA DE LAS PEQUEÑAS VICTORIAS

Novela biográfica inspirada en la vida de Kurt Gödel (1906-1978) matemático y filósofo moravo nacido en el desaparecido Imperio Austrohúngaro y fallecido en Princeton (New Jersey). La obra focaliza a su protagonista desde la perspectiva de su mujer, Adele Porkert (1899-1981) con quien se casó en 1938, en Viena, donde residían ambos y donde el protagonista comenzó sus investigaciones y su carrera docente. Por motivos políticos, el matrimonio se exilió a Estados Unidos a comienzos de 1940, donde Gödel desarrolló su carrera profesional como profesor del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Princeton.
Yannick Grannec plantea su novela como una serie de conversaciones mantenidas a lo largo de 1980, entre Adéle, ya anciana y recluida en una residencia geriátrica y Anna, documentalistas del Instituto de Estudios Avanzados. La relación entre ambas surge cuando Anna intenta convencer a Adéle de que entregue a la Universidad de Princeton los documentos que conserva pertenecientes al legado científico e intelectual de su difunto marido. Sin embargo, poco a poco surge entre las dos un vínculo afectivo al hablar sobre la vida de Adéle con Gödel, un genio pero también un hombre débil de salud, tanto física como psíquica. Las dos mujeres, se comprenden mutuamente, se hacen confidencias personales y cuentan sus propias historias a la vez que la del protagonista, enmarcando así el ambiente en que éste vivió. La autora ha resuelto con notable habilidad técnica el tratamiento narrativo de la compleja personalidad de Gödel, muerto por inanición debido a su temor psicótico a ser envenenado. El curso histórico de su vida y obra como investigador queda bien documentado y los elementos de ficción añadidos, prestan amenidad al relato sin alterar su fondo real. Bien escrita, la obra, galardonada con el Premio de los Libreros Franceses, refleja una Sociedad Occidental conmocionada por las guerras y muy permisiva al haberse debilitado sus fundamentos morales por efecto de la influencia de ideologías materialistas. El amplio espacio que la autora dedica a cuestiones científicas, y las extensas conversaciones del protagonista con otros sabios,como su amigo Albert Einstein, imprime al texto un carácter marcadamente minoritario.

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