LA ESCAPISTA

Brad Meltzer (Nueva York, 1970) es uno de los autores estadounidenses cuyos libros se encuentran entre los más vendidos. Su última entrega, La escapista, es un thriller que tiene su epicentro en dos protagonistas destacables: Nola Brown, una mujer endurecida tras el maltrato en la adolescencia por su padre adoptivo y que actualmente se dedica a dibujar estrategias militares y cuya labor ha salvado muchas vidas; el otro personaje central es Jim Zigarowwski, apodado Zig, que trabaja en la morgue reconstruyendo cuerpos destrozados para que las familias puedan reconocerlos.
La historia arranca cuando un avión precedente de Alaska se estrella de forma extraña y entre los fallecidos aparece el cadáver de Nola. En la base de Dover (Delaware), Zig lo examina a conciencia y comprueba que se trata de otra persona y que han falsificado sus datos además de la identidad de otros pasajeros del vuelo. Entre sus restos encuentra un enigmático mensaje que indica que la vida de la auténtica Nola está en peligro.
Zigarowwski se ve en la obligación de encontrarla ya que le está muy agradecido por el intento de salvar a su hija ya muerta, una tragedia de la que no acaba de recuperarse. La intriga es quién y por qué motivo ha falseado los nombres de las víctimas. Y mientras, Nola no da señales de vida y parece como si estuviera escondiéndose por alguna razón. Meltzer desarrolla una intensa trama de acción en la que las pesquisas conducen hasta un juego de camuflaje diseñado por los altos mandos que está relacionado con un antiguo truco de espionaje del famoso escapista Harry Houdini.
Brad Meltzer centra la atención en la trayectoria de sus dos personajes importantes. Zig, un hombre noble que se arriesga por una causa que él cree justa, y una mujer fuerte hasta lo indecible que es Nola Brown y que en capítulos en flashback evoca sus duros orígenes. Novela entretenida, escrita ágilmente y cuajada de giros narrativos que desvela lentamente una conspiración en la que el lector no sabe quién es el verdadero enemigo y en la que no faltan secuencias de cruda violencia.

Reyes Cáceres