LA FELICIDAD DEBE DE SER ALGO ASÍ

Graham, una estrella juvenil del cine, entabla una divertida correspondencia con Elli, después de enviarle un e-mail por error. Así se inicia entre ambos una sincera amistad que luego se transformará en algo más, cuando Graham decide rodar su próxima película en la cuidad de Maine, donde vive Elli. De trama simple y lenguaje sencillo, hecho de diálogos ingenuos muy acordes con lo personajes, el hilo conductor del relato es una agradable historia de amor, que se apoya en la notable personalidad de los protagonistas. Ambos, con diecisiete años e intereses muy diferentes, descubren que tienen muchas cosas en común y comparten sus carencias. Ella vive en un lugar perdido donde su madre se ha trasladado huyendo de un pasado complicado; y él, famoso artista, siempre rodeado de admiradoras, es en el fondo un chico solitario y sin amigos. Cuestiones como la fama y lo que ésta lleva consigo son tratadas con acierto, señalando más sus sombras que sus luces, para poner en primer plano aspectos tan importantes en la vida de los jóvenes como son el amor y la amistad. Con ambientes hechos de situaciones de rodaje bastante creíbles, teñidos de añoranzas familiares, es un relato sin grandes pretensiones, pero fresco y ameno, más dirigido al público femenino, con unos personajes normales y sanos, llenos de sentimientos sinceros.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa