LA HISTORIA DE EDGAR SAWTELLE

Edgar es un chico mudo que se comunica con signos y tiene una especial afinidad con los animales. Su padre, dedicado a la cría de perros de una raza especial que lleva su apellido, Sawtelle, muere de repente, produciendo un gran trauma al chico, que se va encerrando en sí mismo cada vez más. Llega a vivir con ellos su tío Claude, que pretende suplantar al padre de Edgar intentando una relación sentimental con su madre, y se propone vender la perrera. El chico vive en una zozobra constante y sospecha que su tío estuvo implicado en la muerte de su padre. Casi enloquecido, se escapa de su casa con varios perros y pasa una temporada deambulando por el bosque y corriendo múltiples aventuras.
La novela se centra en el personaje del niño, bien dibujado psicológicamente, que expresa sus sentimientos de forma bastante creíble, siempre más amigable con los animales que con los humanos. El conjunto de los perros es como una voz coral, testigo de la tragedia de Edgar y conocedor de su destino. El libro, correctamente escrito, con un lenguaje sencillo pero elegante, logra una acertada ambientación de la atmósfera rural. La trama, bastante anodina al principio, se va complicando y deriva en un desenlace trágico, algo rocambolesco. A través de sus personajes el autor ahonda en las relaciones familiares, la problemática de la adolescencia, el sentimiento de culpa o la soledad. El argumento y su desarrollo técnico son válidos, pero se podría haber resuelto con menos páginas.

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