LA INMORTALIDAD DE LOS PERROS

Costas Mavrudís (n.1848) poeta y escritor griego, recibió el Premio Nacional de Literatura de Grecia en la categoría de narrativa breve por su libro titulado La Inmortalidad de los Perros. La obra publicada en 2013, reúne un conjunto de textos donde desde distintas perspectivas se pone de manifiesto la peculiar relación que enlaza al ser humano con los perros. El título alude a que el perro ignora su condición mortal y por tanto actúa como si no fuese a morir nunca.
Los protagonistas de estas historias son personas que han tenido alguna clase de relación con los perros o bien se trata de protagonistas de novelas que se caracterizan por el apego que sienten por su fiel compañero canino como el príncipe de Salina, personaje central de la novela “el Gatopardo” siempre acompañado por el revoltoso Bendicò. Tanto en un caso como en otro, el pretexto argumental, casi siempre leve, se inspira en el modo como sus dueños tienden a atribuir motivaciones racionales a la conducta de su animal de compañía al que consideran testigo de sus actos como si tuviera capacidad de interpretarlos. El tono humorístico en se narran estos curiosos episodios, tiende a poner de manifiesto que no deben ser tomados muy en serio, ya que no tratan cuestiones de dimensiones trascendentes. Algunos resultan divertidos, otros contienen alguna reflexión estética o psicológica y otros más destacan sobre todo por su depurada elaboración formal. El conjunto suma a una amplia variedad temática un constante nivel de calidad formal, combinación que constituye su principal atractivo. Cada capítulo encierra una nueva sorpresa ya que el autor acierta a encontrar inspiración para escribirlo en algo que, si bien puede parecer irrelevante, queda transformado en una lectura atractiva gracias a la indiscutible habilidad con que está narrado. La complementariedad existente entra los perros y sus amos es el fondo que sustenta el contenido de los setenta y cinco microrrelatos, lúcidos, ingeniosos y entretenidos, que reflejan cómo los humanos, proyectan sobre sus mascotas sus preocupaciones y problemas que los fieles animales escuchan con una atención tan devota que tiende a reforzar la autoestima de sus dueños.

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