LA LISTA DE LISETTE

En 1937, la joven Lisette, para atender al abuelo enfermo de André, su amantísimo esposo, abandonará París, a su gran amigo Max y sus ilusiones por adentrarse en el mundo de la pintura, y se trasladará al Rosellón. Pronto se encariñará con el anciano quien por su parte la sorprenderá con una formidable colección de cuadros que cuelgan de las paredes de su vieja casa. Cuando el abuelo fallece les dejará al cuidado de las pinturas, pero pronto estalla la guerra y André deberá partir hacia el frente habiendo escondido antes los cuadros. La tragedia no tardará en llegar y Lisette tendrá que aprender a ser autosuficiente y salir adelante siguiendo los puntos de una lista que ella misma se confecciona: la lista de Lisette.
Susan Vreeland aprovecha su propia pasión por la pintura para dar forma a una historia de contrastes. La Provenza francesa, plena de color y de luz, como tema principal donde se desarrollará la escena, quedará enmarcada por el conflicto bélico y la ocupación alemana durante el gobierno de Vichy. Los protagonistas parecen vivir dentro de un cuadro, con luces y sombras, con claros y oscuros, dando como resultado la belleza y la armonía que llena de placidez a quien lo contempla. La autora se recrea en descripciones de detalle, minucias, consiguiendo que el lector empatice y se emocione con lo que allí se cuenta. A los personajes, sencillos, pero muy atractivos, Vreeland los hace evolucionar a través del contacto con el arte. Capaces de transformar el espíritu, de una manera u otra, los cuadros les ayudarán a avanzar por un camino de bondad y reconciliación. Los lazos de amistad se irán estrechando y fortaleciendo con el tiempo, y los deseos, anhelos e ilusiones por alcanzar lo bueno que la vida ofrece les empujarán a intentar lograr lo sublime.

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